lunes, 17 de agosto de 2009

El fútbol, la TV y los dirigentes

La decisión de los dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino de rescindir el contrato de “asociación” con la empresa adjudicataria de los derechos de televisación de los campeonatos puso dramáticamente al descubierto una situación que era cada vez más difícil de disimular. No vale la pena hacer mención en este espacio a los perjuicios que ese vínculo le produjo a nuestro deporte preferido. Abundan en todos los medios los detalles que lo convertían en un contrato leonino.
Sí será interesante hacer hincapié en el rol que les cupo a los dirigentes de los clubes en el deterioro de la actividad. Salvo excepciones como Estudiantes de La Plata, Vélez o Lanús, la mayoría de las instituciones se encuentra concursada, en quiebra o cerca de alguna de estas instancias legales; y la sensación que muchos tenemos es que esto no es sólo consecuencia de la voracidad del grupo Clarín. Para ser claro: todo el mundo del fútbol conoce situaciones puntuales que sirven como ejemplo de administraciones que, en el mejor de los casos, pueden ser calificadas como negligentes. Otras son simplemente dolosas.
El presidente de un club muy importante de la Capital Federal recibió una vez un llamado de una empresa multinacional, que quería proponerle el siguiente acuerdo: la compañía costearía los gastos de remodelación y modernización del estadio a cambio de que por un lapso determinado el “palacio” llevara el nombre de la gaseosa más famosa del mundo. En la reunión, para la cual nadie debió trasladarse demasiado porque el estadio en cuestión y la empresa se encuentran sobre la misma avenida porteña, el presidente del club se despachó con una pregunta que dejó pasmados a sus interlocutores de la otra parte; “¿Cuánto hay para mí?” dijo en castellano y no en inglés. Así se terminó la charla y, con ella, la posibilidad de que el club pudiera engrosar sus arcas con un ingreso genuino. Ese mismo presidente, en diciembre de 2007, despedazó mediáticamente a otra ex gloria de ese mismo club que, habiendo sido entrenador del equipo, había pretendido cobrar por su trabajo. El ataque fue de lo más bajo, porque recurrió a “tirarle a la gente en contra” acusándolo de “traidor a los colores”. Ese mismo presidente tomó el recaudo de sacar del concurso de acreedores y ordenar el pago directo de los montos que a él mismo se le debían de las épocas en las que estaba a cargo del plantel de Primera División del mismo club.
Más conocido es el caso de los juveniles de River que, por un acuerdo defendido públicamente por los dirigentes encabezados por el presidente José María Aguilar, estaban a disposición de Villarreal, de España. El paquete incluía a dieciséis futbolistas por los cuales el club español pagaría tres millones y medio de euros por el cincuenta por ciento de sus pases. Cabe aclarar que ese podía ser el valor de transferencia individual de más de uno de los integrantes de esa especie de “Cajita Feliz” que habrían preparado los dirigentes (ex) Millonarios.
Racing Club Asociación Civil había dejado de existir como tal en 1999, de acuerdo a la histórica frase de la síndico Liliana Ripoll. Después de décadas de administraciones nefastas sin solución, la “Academia” había quebrado. En un país normal, habría que haberla refundado y debería haber empezado otra vez en Primera D. Acá, con lo peor de la política a su favor, no sólo se quedó en Primera, sino que dos años después se coronó campeón.
Hay más: periodistas partidarios muy bien informados cuentan indignados que en un club grande de la Capital Federal los jugadores firman recibos por el doble de lo que ingresa en sus cuentas, aunque de las arcas del club sale el monto que figura en el papel rubricado por los futbolistas. Como se ve, este club y el primero de los referidos en este texto también juegan su clásico en lo dirigencial, en el cual ambas instituciones pierden por goleada.
Más allá de estos casos puntuales hay un aspecto que los engloba a todos, incluso a los mejores administradores. Todos los clubes tienen su respectiva barra brava (algunos tienen más de una), que suelen tener un alto costo de manutención. A las entradas de favor, las facilidades de traslado y alojamiento para los encuentros como visitante y los aportes monetarios que reciben de parte de dirigentes y jugadores hay que sumarles las enormes erogaciones que las instituciones deben afrontar en dispositivos de seguridad generalmente sobredimensionados e ineficientes, pero siempre exageradamente costosos.
Todo lo anterior no quita que la decisión de rescindir el contrato haya sido una medida apropiada por parte de la AFA. Pero de nada servirá semejante paso si esta trascendental determinación no va acompañada, hasta diría precedida, de un impostergable y sincero mea culpa de los dirigentes. Así como advirtieron el grave error que cometieron al permitir esa relación contractual, quizás haya llegado también la hora de que se den cuenta de que este sistema paternalista y casi mesiánico que gira alrededor de la figura de Julio Humberto Grondona está agotado, que fue convirtiéndose en cenizas por el fuego de sus propios vicios en el transcurso de los últimos treinta años. Resulta insultante a la inteligencia media de todos nosotros que señores que administran maravillosamente sus finanzas personales le adjudiquen sólo al vergonzoso vínculo con la televisión el estado terminal de los clubes que ellos manejan.

5 comentarios:

  1. Asi es, Fernando, una realidad q duele aunque la sistemica degradación social la quiera cubrir con esa pátina de cinismo a la cual nos fuimos acostumbrando. Pero, lamentable//, los co responsables del vaciamiento moral, fuimos cada uno de los participes, lejanos o no, con voz y voto o no, o simplemente con nuestro pago a una entrada o un abono de cable..es q a veces, la resistencia debe ser solo eso, y no un mero medio especulativo por si "consigo algo"..somos co responsables de nuestros gobiernos y realidades, y encima de nuestros displaceres, aunque parezca mucho.
    Hay q ver q haran los elementos de decisión por este páramo llamado pueblo, cuando comencemos no solo a darles la espalda,sino tambien a perder el interes en sus tropelias, aun dejando de lado algo tan placentero como gozar del juego (y no el espectaculo) mas lindo del mundo, ese q ni siquiera el diez podra mantener con espiritu inmaculado.
    Un abrazo, y gracias por compartir, q es tan util como necesario, para seguir creyendo q se puede, bah.. y para darle cosquillitas al alma, sintiendo, gozando.

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  2. Mi querido Fernando: Gran comentario sobre un gran tema. Te sigo leyendo con interés.

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  3. Mario:
    Muchas gracias por tu visita; y la conclusión es la misma de siempre: el fútbol no es ajeno a lo que somos como país. También comparto plenamente eso de diferenciar al juego del espectáculo.

    Enrique:
    Yo también sigo tus textos y tu interés por los míos me honra.

    Gran abrazo para ambos.

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  4. Con todo el respeto que usted se merece, no estoy para nada de acuerdo en varios de sus comentarios en el partido de Huracán vs. Estudiantes, en donde usted destacó la "gran superioridad" de juego del equipo de Cappa, cuando la verdad, en mi punto de vista, ellos tuvieron tres o cuatro llegadas, que fueron tiros desde afuera del área; mientras que Estudiantes ha demostrado una vez mas una clara muestra de solidez como equipo, por lo cual mi conclusión es que el triunfo por parte del equipo de la ciudad de La Plata fue altamente justo.
    Disculpe si el comentario no está en el sitio adecuado, simplemente queria aclararle mi punto de vista.
    Saluda atte.

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